Nadie pensaba que la lluvia podía llegar a ser tan mortal, ni los mismísimos creadores del virus, el mismo que acabará por envolver a toda la tierra en algo similar al apocalipsis.
La serie danesa que salió en la plataforma Netflix el 2018 causó mucha sensación, tanto que también la compararon con Dark. El 6 de agosto salió finalmente la tercera y última temporada que pondría fin a la serie.
Después de vernos envueltos en una pandemia mundial como la que estamos viviendo actualmente esta serie salió más a flote que nunca, pues muchos la consideraron premonitoria. La historia de esta serie nos cuenta como dos hermanos, después de ser aislados ya abandonados por su padre en un búnker, tratan de sobrevivir en un mundo en el que creen que no hay nada. Tras llevar años y años sin salir, un día deciden ir al exterior e indagar por el bosque, pero al salir les espera un grupo de personas que quieren comida. Es ahí donde se conocerán todos y formarán un grupo inseparable (o al menos lo intentarán) para lograr refugiarse y encontrar una cura para el virus.
En esta última temporada, después de saber que Rasmus había sido el paciente cero, es decir, la primera persona portadora del virus, y que este al final se une a Apollon para conseguir una cura, empiezan a salir a la luz cosas que sorprenderán a aquellos que lo conocen.
Todo parece ir bien cuando Rasmus parece haber perdonado a su hermana, pero esta sigue asustada ante su cambio, su forma de pensar es distinta a la de antes de saber que estaba infectado. Este le cuenta que tiene un plan para salvar a la humanidad: contagiarles a todos el virus para que así todos puedan vivir sin tener miedo a morir a causa de la infección.
Vemos como a Simone la noticia le asusta, huye de allí para intentar buscar otra solución. Vemos como sufre un pequeño altercado por el cual todos la dan por muerta, pero unos hermanos la salvan de morir ahogada. Es con ellos donde descubre que puede haber una alternativa al contagio masivo, que le parecía una locura. Descubre que hay una planta que, con su líquido amarillento que contiene en su interior, puede matar al virus. Pero hay un problema: no saben cómo puede actuar con las personas, solo saben que en las superficies es capaz de anular el virus.
No vamos a contar más. Creemos que esta temporada ha sido corta pero intensa. A veces eso puede ser un error, pues en ocasiones la brevedad es buena si sabes como utilizarla, pero creo que esta vez podrían haber alargado un poco más la historia y no precipitarse tanto. Con esto quiero decir que me ha faltado un poco más de desarrollo en la historia de algunos personajes. Sarah, por ejemplo, me ha parecido un personaje genial y un poco desperdiciado, y no porque no le den importancia, sino porque la brevedad de la serie no le daba más juego al personaje, se ha intentado resumir demasiado.
En mi opinión las series cortas son mejores, pues no se va perdiendo la magia en tantos y tantos capítulos, pero hubiese estado bien alargarla aunque solo fuesen dos capítulos más. Pese a eso, creo que ha sido un final bastante digno.
Vemos un final esperanzador, aunque trágico tras lo sucedido. Esa explosión que provoca la flor acaba con el virus a escala mundial, y da paso a un nuevo mundo, uno sin más lluvia mortal o virus infeccioso. Con el nacimiento de la criatura también se nos quiere dar a entender que es un nuevo comienzo, que muchas personas quedaron atrás y que lucharon por algo mejor, pero que gracias a su esfuerzo se ha podido hacer un lugar en que hay un futuro para todos los supervivientes.
La muerte de Rasmus y Sarah es el fin que simboliza el principio de algo nuevo. Aunque él parece el villano en esta última temporada, al final no es más que un niño asustado que quiere ayudar a los demás, pero debido al virus que llevaba dentro no podía ser él mismo. Gracias a su sacrificio llevan una nueva esperanza.
Su hermana siempre cuidaba de él, y al final ha sido él quien ha salvado al mundo, y a ella. Echaremos de menos a los dos hermanos.
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